BURBUJAS

Anoche, mientras conducía a casa intentando deshacerme del día que tan fríamente me había acompañado, intentando sacarle partido y algo bueno a algunas de las cosas que habían acontecido... un mensaje al móvil, una celebración, compartir una mesa dominical... Al salir de una pequeña callejuela en la que apenas hay visibilidad al conducir, me sorprendían un montón de burbujas de jabón, de esas que hacen los niños con ese juguete al que llaman pompero y sonreí. No lo esperaba y la sensación que me invadió, trajo a mi mente una extraña sensación de ternura, nostalgia... Por un momento y pensando en la semana que se venía por delante, tuve la extraña sensación de que lo único que deseaba era meterme dentro de una de esas burbujas, que nada ni nadie consiguiera dañarme, una burbuja irrompible en la que nadie pudiese verme y me permitiesen expresar todos mis sentimientos tal y como quiero expresarlos, sin tapujos, sin esconderme de lo que nadie pueda pensar, sencillamente ser... ser yo y gritar si me apetece, y llorar si así mi corazón lo pide, sin que nadie cuestione el porque de cada cosa que ocurre en mi vida.

Cuando aparque el coche en casa 15 minutos después, pensé... benditos sentimientos extraños, que te demuestran cada día que Amas, Sufres, Lloras, Ríes, Dudas, Temes, Sientes, en definitiva... VIVES.